Al comercio no le gusta la idea de extender el IVA a toda la canasta familiar, como lo propone la Ley de Financiamiento, sin desconocer que la misma trae aspectos muy positivos para la economía.
Así lo señala Pedro Alejandro Marún Meyer, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, tras afirmar que lo ideal es dejar el tributo como está hoy, a pesar de que la tarifa saltó del 16 % al 19 % y causó una crisis en el consumo el año pasado.
El dirigente gremial considera que la rebaja del impuesto sobre la renta y el impuesto ‘Simple’ pueden ayudar no solo a fortalecer a las empresas, sino a generar empleo.
El ministro Carrasquilla insiste en su propuesta de gravar con IVA toda la canasta familiar. ¿Debería el Gobierno retirarla de la Ley de Financiamiento?
Creo que el comercio sería el más afectado con la imposición de nuevos tributos a través del IVA. Nosotros estamos en la otra orilla: queremos un IVA cero y no del 18 %. Proponemos que haya otros mecanismos de financiación del Estado colombiano y que no se extienda ese tributo a los productos de la canasta familiar.
Entendemos y somos solidarios con el Gobierno, pero en esta coyuntura tributaria tenemos que expresar nuestro desacuerdo y lamentamos que sea así, pues es una obligación que tenemos como gremio.
El comercio ha venido combatiendo y pugnando porque el Estado no incline sus finanzas imponiendo este tipo de impuestos, y en particular el IVA. Cuando se subió del 16 % al 19 % Fenalco asumió una bandera muy importante en ese momento.
¿Se podría repetir el desplome del consumo, ocurrido en el 2017, en detrimento del comercio, si la base gravable del IVA se amplía?
Eso fue muy grave para la economía en el 2017 cuando se subió la tarifa del IVA del 16 % al 19 %. Fue un año de crisis para el comercio, pues el consumo se cayó y $30 billones se extrajeron de los bolsillos de los colombianos para pasarlos a manos del Gobierno.
Es necesario, entonces, dejar el IVA como está...
Dejar las cosas como están sería para nosotros lo ideal. Y que esos $14 billones que requiere el Gobierno para tapar el déficit fiscal, que viene de atrás, se cubra con otras opciones. Fenalco calificó el proceder del gobierno anterior como un “estado derrochón” que no obraba con responsabilidad en materia de gasto público, pues se comprometían recursos más de la cuenta. Es decir, que no había austeridad ni inversiones asertivas. Eso está en el trasfondo de lo que ocurre y el país no aguanta más.
¿Hay que buscar esos dineros por otro lado?
Claro. Lo que está haciendo el Gobierno, y así nos parezca un poco tímido, está entrando por el camino correcto. En otras palabras, obrando con austeridad en el gasto público y se está estudiando una reducción de la nómina administrativa donde hay más de 70.000 empleados de nómina paralela. Y donde en el Gobierno anterior se crearon 36 nuevos institutos, y en el posconflicto, que parece estar avalado por la Comunidad Internacional, pero eso vale $150 billones en 15 años.
Hay que mirar de dónde salen esos recursos, pues uno no debe comprometer lo que no se tiene.
De no hallarse otra fórmula, ¿Fenalco aceptaría un aumento gradual de la tarifa del IVA, iniciando, en una más baja, como por ejemplo, en una del 5 %?
Nuestra línea en eso es muy clara. No queremos que haya esa extensión del impuesto del IVA a los productos de la canasta familiar.
Si el expresidente Uribe se pronuncia en contra de eso, usted podrá imaginarse lo que pasará si el Gobierno Nacional no tiene organizada su bancada del Centro Democrático.
Creo que los congresistas, en su gran mayoría, se han expresado en contra de esa iniciativa y es posible que no haya consensos.
Por esta razón creo que se deben buscar otros mecanismos, y de hecho los hay, como enajenar algunos activos de la Nación o reducir el tamaño del Estado.
El capítulo del IVA es el más polémico, pero ¿Cómo califica en general la Ley de Financiamiento en otros aspectos controvertidos como gravar las pensiones a partir de $4,6 millones?
El Estado necesita balancearse. El Congreso aprobó un presupuesto que contiene ese déficit. Y debe proceder de alguna manera a contribuir y facilitar a que ese faltante sea cubierto.
Obviamente, a nadie le gusta que le coloquen nuevos impuestos o tributos por definición. De manera, que las circunstancias no dan para más. El tema de las pensiones es un capítulo muy importante que hay que tocar, pues hay muchos subsidios y regímenes inequitativos y onerosos para el Estado.
Solo en el presupuesto nacional de $259 billones, alrededor de $70 billones se van en el pago de pensiones y programas sociales como el Sisbén, entre otros, mientras el Estado crece todos los días.
Eso absorbe la capacidad de atender todos esos compromisos. La capacidad de maniobra que tiene el presidente Duque en materia de gasto fiscal es muy limitada. E incluso, la inversión estaría llegando a escasamente $32 billones una vez que se cubra el déficit fiscal.
¿Sugeriría retirar el capítulo del IVA de la ley de financiamiento?
El tema del IVA es absolutamente impopular y a través de esa propuesta se está malgastando un capital político muy importante que se necesita no solo ahora, sino hacia el futuro, habida cuenta de cómo están las fuerzas en este país.
Hay que preservarle a Colombia su empresa privada, su libertad y su economía de libre mercado, pues hay amenazas serias, y no cabe hablar de ellas porque todos sabemos a qué me estoy refiriendo.
¿No le parece que con el IVA al 18 % no solo se podría disparar la informalidad sino el contrabando?
La informalidad en Colombia es hoy del 48 % en cálculos amables, pero uno más real y objetivo la ubica en 60 %. La gran preocupación de las personas, desde el mercado formal que se ocupan de la distribución, es que la informalidad crezca con nuevos expendios, lo mismo que el contrabando, en especial de alimentos, ya que las plazas de mercado de las ciudades tienen muy poca regulación de la Dian.
A eso hay que añadirle una probable disminución de la demanda, pues se le restará capacidad adquisitiva a los hogares, así sean de clase media o de estratos bajos y así se pretenda devolver el IVA a estos últimos.
Y también pesan el narcotráfico y el lavado de activos que son otros enemigos muy grandes de la formalidad y de los empresarios.
Si la economía se formaliza, se ampliará la base tributaria, pues hoy solo 2400 empresas pagan impuestos en Colombia.
¿Usted le ve cosas positivas a la reforma?
No hay que ser injustos con el Gobierno en eso. La reforma contiene cosas que motivan a la empresa privada como la reducción del impuesto de renta del 35 % al 30 %, lo cual fue una propuesta que Fenalco ha venido haciendo.
Eso ayuda a traer más inversión extranjera y a generar unos excedentes económicos en las empresas y a la generación de empleo.
Lo otro positivo es la reducción a cero en tres años de la renta presuntiva, que también es un impuesto lesivo para las empresas, que, aunque operen a pérdida, deben pagar este tributo.
¿Le gusta o no la propuesta de crear el impuesto Simple, a pesar de que se dice que es un disfraz del monotributo que fracasó en el pasado Gobierno?
Me gusta ese impuesto porque es una variación del monotributo, el cual fracasó porque no se hizo suficiente pedagogía en el Gobierno anterior. De pronto, el ministro Cárdenas no tuvo la prudencia o la previsión de haber socializado más este tributo en el país que iba dirigido al pequeño comercio, en especial a los tenderos.
El tributo Simple trae unas variaciones importantes y es que ya no tendrá ese tema rígido de 3000 unidades de valor tributario, sino que tiene una gama hasta de 80.000 unidades con unas tasas diferenciales que puede ser una motivación para que la gente se formalice. Esa formalización es muy necesaria para la economía.
FUENTE: https://www.elpais.com.co/economia/cuales-son-los-puntos-positivos-de-la...