Colombia al revés. Las autoridades están establecidas para proteger a los colombianos en su vida, honra, bienes y demás derechos, dice la Constitución.
Este Gobierno olvida su misión constitucional y, mientras trata con "guante de seda" a los que delinquen, agrede verbalmente con sevicia a quienes piden que se respete el Estado de Derecho, las instituciones y que se proteja a los colombianos.
El reciente atentado de La Plata (Huila) y la grave situación humanitaria en el Cauca, Chocó, Arauca y El Catatumbo, entre otras regiones, exigen que el Gobierno cumpla con su misión.
Los recursos que se pierden en populismo y corrupción son los que requieren los menos favorecidos y nuestras Fuerzas Militares para hacer frente a las amenazas que reciben diariamente los ciudadanos.
Lo más posible es que los 475 días que vienen sean de peleas entre funcionarios del Gobierno que saben muchas cosas; justificaciones por el incumplimiento de las promesas absurdas de campaña; deterioro progresivo del sector salud; intentos de revivir una reforma laboral a todas luces nefasta; ataques al sector privado y trato suave con los delincuentes que buscan arrodillar a los colombianos que trabajan y quieren sacar el país adelante.