Apple, Google, Facebook y Amazon son resultado de innovaciones disruptivas, que hace 50 años no existían. Por lo tanto, hacen parte de las empresas más valiosas del mundo. ¿Qué compañías están preparadas para tomar el relevo y revolucionar el universo empresarial en el futuro? Algunas de las que ya apuntan maneras son las siguientes:
Tesla Motors. Se trata de una compañía estadounidense ubicada -como no podía ser de otro modo- en Silicon Valley (California) que diseña, fabrica y vende coches eléctricos. Más de 125.000 personas ya han pagado mil dólares para reservar una unidad del coche eléctrico low cost Tesla Model 3, que llegará al mercado en 2017 a un precio de 35.000 dólares y una autonomía de 346 kilómetros. Elon Musk, presidente y creador de Tesla, es un genio que quiere cambiar el mundo. Ya lo hizo con PayPal y lo está volviendo a hacer con Tesla, SpaceX -dedicada al transporte aeroespacial- y SolarCity, especializada en instalar sistemas de energía solar.
Xiaomi. La empresa china ha tenido un desarrollo espectacular superando en algunos mercados a Samsung y Apple con un modelo de negocio basado en vender sólo por Internet teléfonos móviles y tabletas de alta gama a un precio muy económico. Hay algunos analistas que pronostican que puede morir de éxito porque Xiaomi ha ampliado de manera desaforada su gama de productos a televisores, pulseras de actividad, baterías, electrodomésticos y hasta bicicletas.
Illumina. Esta empresa de San Diego (EEUU) supone para la biotecnología lo mismo que Google para Internet. Es líder indiscutible en la secuenciación del genoma humano y vende desde máquinas secuenciadoras hasta software y servicios que analizan los datos obtenidos. La tecnología de Illumina es capaz de leer el ADN por sólo 1.000 dólares, lo que abre la puerta a que pueda ser de uso habitual a la hora de detectar problemas médicos e identificar posibles tratamientos.
Alibaba. Se ha convertido en el mercado online más grande del mundo con unas ventas globales de 500.000 millones de dólares. De esta cantidad, Alibaba se lleva una comisión, ya que el gigante chino es en realidad un intermediario virtual que gestiona una plataforma donde terceras empresas realizan intercambios y comercializan sus productos.
AirBnB. Aunque existe una gran controversia en muchos países sobre la legalidad de su negocio, lo cierto es que esta conocida plataforma de alquiler de pisos entre particulares se ha convertido en la mayor cadena hotelera del mundo. AirBnB cuenta con una oferta de dos millones de casas, y todo ello sin tener ni una sola habitación en propiedad.
Counsyl. En más del 5% de los nacimientos de Estados Unidos se utilizan los análisis de esta empresa de estudios genéticos que ofrece pruebas de ADN a futuros padres. Con los análisis de Counsyl se pueden detectar los riesgos de contraer enfermedades.
Tencent. La mayor red social de China reúne las características de Facebook, Amazon, Twitter, WhatsApp y Uber, todo en uno. Sólo su servicio de mensajería WeChat, por ejemplo, cuenta con 549 millones de usuarios activos al mes. Aunque el fundador de Tencent, Huateng Ma, es el hombre más rico de China, su vida privada es todo un misterio porque ni siquiera sus empleados conocen dónde vive exactamente.
Juno Therapeutics. Esta empresa biotecnológica de Seattle (EEUU) está probando tratamientos contra el cáncer que emplean células inmunológicas del propio paciente. Juno logró recaudar 236 millones de euros en la mayor salida a Bolsa de una empresa de biotecnología.
SolarCity. Elon Musk creó esta empresa para suministrar electricidad renovable a sus automóviles de Tesla Motors, pero ha registrado un crecimiento tan grande que ya se ha convertido en uno de los mayores fabricantes de paneles solares de silicio del mundo.
Uber. La movilidad urbana está en un claro proceso de transformación en todo el mundo, y tres grupos luchan por el liderazgo: Uber, Lyft y la china Didi Kuaidi. El modelo de Uber -una aplicación que conecta a conductores con pasajeros- parece que puede triunfar, pero está siendo muy contestado en varios países europeos porque vulnera la legalidad y porque busca eliminar a toda costa la competencia de los taxistas.