Los comerciantes colombianos están viendo señales de que los presupuestos de los hogares se han ajustado a la baja, la inflación sigue siendo alta, los costos de energía son una carga adicional y los costos del crédito están por las nubes, todo esto los obliga a prepararse para vivir un año de crecimiento muy lento o nulo. La demanda se está debilitando sensiblemente. En noviembre, el 29% de los empresarios consultados por nuestra tradicional encuesta, reportó un aumento en su volúmen de ventas, el 46% dijo que fueron similares y para el 25% hubo disminución.
Noviembre tenía un reto importante y era superar el nivel de ventas del año anterior cuando se celebró el día sin IVA. En general los establecimientos de ropa y calzado no alcanzaron a registrar ventas similares o más altas en cantidades físicas. Sin embargo, hubo algo de dinámica en la demanda gracias al Black Friday, que de hecho ya es una celebración comercial de relativa importancia en el país. El invierno está afectando la afluencia de personas en centros comerciales y voceros de algunos establecimientos de gran formato perciben que sus niveles de inventarios de mercancías están un poco más altos de lo normal para esta época del año, debido a que habían subido sus provisiones para atender una mayor demanda esperada por la celebración de la tercera jornada del día sin IVA que finalmente se malogró.